lunes, 26 de enero de 2015

Este diccionario no tiene palabras




Este diccionario no tiene palabras



El título de esta nota es raro, ¿no? Se supone que un diccionario debe tener palabras de las cuales se presentan sus significados. ¿Por qué este título, entonces?


Bueno, por un lado para llamar la atención, vieja técnica periodística. Por otro lado, porque este diccionario no sólo contiene palabras en el sentido que todo el mundo entiende por “palabra”, sino también elementos que aparecen en las palabras, forman parte de ellas y tienen significado, como por ejemplo –aba en español en “compr-aba”.

De manera que el diccionario contiene “entradas” tales como –atál = pluralizador verbal (terminación en un verbo que muestra que el verbo está en plural, por ejemplo: Pedro æskiúk jenák = Pedro está aquí.  K’oának kawesqár æskiúk jenák-atál… = Todas las personas que están aquí…)

¿Por qué incluir en el diccionario tales “cosas”? Esas cosas se llaman técnicamente “morfemas” y los incluimos en el diccionario porque pensamos que debemos entregar toda la información posible para el usuario. Se supone que los usuarios que más pueden utilizar el diccionario serán miembros de la comunidad kawésqar que no hablan la lengua y la estén aprendiendo. Por ello es importante que mientras más información tengan sobre la lengua, mejor.

Se podría decir que esa información la pueden encontrar en una gramática, en un manual para aprender kawésqar o en otro diccionario con fines pedagógicos. Pero tal vez no habrá posibilidad de hacer un diccionario del tipo “Learner’s Dictionary” (diccionario para quienes aprenden una lengua). Además, el kawésqar es una lengua en peligro y creemos que hay que registrar el mayor número de datos posibles. Si el usuario se encuentra con –atál en un texto, debe tener a mano una herramienta que le indiqué qué significa eso.

Si un no hablante de la lengua le pregunta a un hablante competente de kawésqar qué significa –atál, probablemente no obtenga una respuesta o le dirá que no lo sabe o que no es una palabra kawésqar. Sería lo mismo que si preguntanos a un hablante de español “¿qué es –aba?”  Probablemente pensaría que le estamos preguntando por la palabra “haba” y nos diría que es una verdura, una planta, o algo parecido.

Además de morfemas, el diccionario contiene variantes de una palabra. Esto es muy frecuente en lenguas habladas por pocas personas, lenguas en peligro en un estado avanzado, en donde la variación individual es grande. A veces un mismo hablante puede usar varias maneras de pronunciar una palabra. Si las variantes se repiten, entonces las registramos en el diccionario. Si es una variante ocasional, producto de un error de dicción, o una variante usada sólo por un hablante, no va en el diccionario.

Por ejemplo, hay hablantes que pronuncian una palabra utilizando un diptongo (dos vocales seguidas que se pronuncian en una sola sílaba), en tanto que hay otros hablantes que no diptonguizan. Por ejemplo, algunos dicen “kiarlái”, otros “karlái”. Esto es un caso frecuente, de manera que las variantes aparecen en el diccionario.

Hay otras variantes que dicen relación con lenguaje afectivo, como el que se encuentra en las narraciones. El estilo se llama kstamjá, del cual hablaremos más adelante. Por lo general este tipo de lenguaje no aparece en los diccionarios, pero suele hacerse referencia a él en las gramáticas de la lengua. Como las palabras que utilizan “kstamjá” cambian considerablemente en ocasiones, algunas de ellas aparecerán en el diccionario. Otras, que son fácilmente reconocibles y cuya una diferencia es un alargamiento prolongado de las vocales, no las registraremos. Por ejemplo, si en español digo “cuidaaaadooo”, una palabara así no estaría en el diccionario.


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